Condenatti y su afamada columna Editorial
Ignoto y sórdido lector:
La verdad es un surubí enajenado que tarde o temprano se deja ver. Esta máxima de nuestro/o ilustre "Loca Teresa" nos hace reflexionar sobre el paradero de nuestro bienamado Director, su excelencia Condenatti, que se encontraría refugiado en una toldería de Ranchillos.
Sí. A merced de los hinchas de San Antonio, el Familiar y el dengue, nuestro héroe hace un nuevo llamado a la solidaridad de nuestros trancados lectores para que sigamos recaudando alimentos no perecederos y así ayudarlo a soportar este desarraigo forzado por su talentosa suegra.
Los cheques sin fondo, la hipoteca de la casa y aquel insignificante episodio con la gorda del bar de la Jujuy a primera cuadra, fueron los injustos detonantes de este desastre.
Desde su exilio, su excelencia hace votos para sostener esta publicación tan repudiada por los medios porteños y la Sociedad Rural de Aguilares, donde su Director de Turismo, Julio "El Mosco" Villafañe, nos ha declarado personas non grata, después del kilombo con los hinchas de Jorge Newbery.
¿Acaso la cultura detendrá su avance contra esta horda de ignorante? ¿Es posible una conciliación con la barbarie? Los colectivos que quemamos en la ruta 38 (mimetizados con la hinchada de Amalia), no hacen más que confirmar que estamos de pie para defender todo vestigio de cultura y raciocinio en cualquier lugar donde pululen estos piojosos.
Con nuestro paladín Sejo, infiltrado en la barra brava de Lastenia, Ríos en Villa Amalia y nuestro Edecán del topless (Gustavo Sala) en Aldosivi de Mar del Plata, la cultura está por demás resguardada.
Y nos despedimos con otra máxima de nuestro bienamado e incomprendido Director, mientras nos sumamos a su patriada temeraria:
"Temed, escondeos, bufad, oh pequeñas revistas porteñas (y del conurbano), que tanto suplicáis no enfrentar nuestro talento verborrágico, pusilánime y a la vez titánico...Papalú, la bestia de los cañaverales, está a las puertas de la gloria..."
Dios salve a la Reina.
Condenatti.
Abogado, fletero y escritor.
Matrícula: 666
Papalú n° 28
Condenatti y su afamada columna Editorial
Ignoto y sórdido lector:
La verdad es un surubí enajenado que tarde o temprano se deja ver. Esta máxima de nuestro/o ilustre "Loca Teresa" nos hace reflexionar sobre el paradero de nuestro bienamado Director, su excelencia Condenatti, que se encontraría refugiado en una toldería de Ranchillos.
Sí. A merced de los hinchas de San Antonio, el Familiar y el dengue, nuestro héroe hace un nuevo llamado a la solidaridad de nuestros trancados lectores para que sigamos recaudando alimentos no perecederos y así ayudarlo a soportar este desarraigo forzado por su talentosa suegra.
Los cheques sin fondo, la hipoteca de la casa y aquel insignificante episodio con la gorda del bar de la Jujuy a primera cuadra, fueron los injustos detonantes de este desastre.
Desde su exilio, su excelencia hace votos para sostener esta publicación tan repudiada por los medios porteños y la Sociedad Rural de Aguilares, donde su Director de Turismo, Julio "El Mosco" Villafañe, nos ha declarado personas non grata, después del kilombo con los hinchas de Jorge Newbery.
¿Acaso la cultura detendrá su avance contra esta horda de ignorante? ¿Es posible una conciliación con la barbarie? Los colectivos que quemamos en la ruta 38 (mimetizados con la hinchada de Amalia), no hacen más que confirmar que estamos de pie para defender todo vestigio de cultura y raciocinio en cualquier lugar donde pululen estos piojosos.
Con nuestro paladín Sejo, infiltrado en la barra brava de Lastenia, Ríos en Villa Amalia y nuestro Edecán del topless (Gustavo Sala) en Aldosivi de Mar del Plata, la cultura está por demás resguardada.
Y nos despedimos con otra máxima de nuestro bienamado e incomprendido Director, mientras nos sumamos a su patriada temeraria:
"Temed, escondeos, bufad, oh pequeñas revistas porteñas (y del conurbano), que tanto suplicáis no enfrentar nuestro talento verborrágico, pusilánime y a la vez titánico...Papalú, la bestia de los cañaverales, está a las puertas de la gloria..."
Dios salve a la Reina.
Condenatti.
Abogado, fletero y escritor.
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