Única revista hecha desde el baño (letrina) de una prefabricada de un asentamiento en Villa Muñecas.

Papalú n° 27

Una vez más sale a la calle esta cosa a la que llaman PAPALÚ. Perdón por tantos improperios señor lector. Estos energúmenos que dicen llamarse periodistas y artistas, han decidido seguir intoxicando a la sociedad tucumana y norteña (lo bién que hacen los porteños en no recibir esta basura), con esta publicación. Han dicidido seguir taladrando las mentes, escupiendo las almas y orinándose en cada valor de la sociedad de este querido Jardín de la República. Y no se conforman estos bastardos, no. Esta vez han sumado al impresentable Panchito Fernández, alguien que se esmera en cagarse en los demás escribiendo las inmundicias que escribe, con sus notas putrefactas desde la sección de policiales de algunos diarios de estas latitudes. Sigue en estas páginas dinamitando conciencias esa señora que se hace llamar La Menduca, una verdadera arpía del relato. Y por supuesto, tampoco en este número se privan de endilgarnos sus miserables dibujos y esa porquería que llaman historieta, los indeseables:Pablo Ríos y Sejo. Y por último, el único que tomaba conciencia y se distanciaba de esta mugre, es mi estimado Condenatti. El único que se apiadó de usted en los últimos tres años, señor lector, y se tomó el palo sin decir a donde carajo se fue. Y al único, por supuesto, que lo vamos a extrañar ¡Berp! Doña Nelly, La Poderosa.

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Para los que no pudieron comprarla, puedan disfrutar de un resumen del número 1 de la revista Papalú.